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Una vida en las olas

De familia y pueblo de surfistas, Adur aprendió a surfear antes que a caminar. Es la combinación perfecta de fuego y agua; y solo hace falta verlo subido a su tabla para confirmar que lo de este chico es algo fuera de lo común.

DE FAMILIA

Nació en Zarautz, pueblo surfista por excelencia, pero el amor por las olas es gracias a su padre, Ibon Amatriain. 

Surfista profesional y toda una leyenda del surf español de los 80, fue quien inculcó a Adur la pasión por este deporte. Desde muy pequeño su padre lo acompañó en sus primeros baños, lo empujó a su primer tubo y lo impulsó a querer llegar a lo más alto.

SURFEAR, SURFEAR, SURFEAR

El fuego de Adur está en la fuerza de las olas. Lo que más le motiva son las ganas de surfear y de mejorar cada día, lo que lo ha convertido en uno de los mejores surfistas de nuestro país. A su corta edad ya ha ganado diferentes campeonatos y ha competido por medio mundo.

Pero su ambición no se acaba aquí, pues sueña con verse dentro de 15 años en su casa, su origen, la playa de Zarautz, habiendo recorrido el mundo y viviendo de lo que más le gusta: el surf. 

NACERFUEGO

HISTORIAS DE CABREIROÁ